La traducción neuronal ha llegado para quedarse, para compartir despacho con traductores y lingüistas. Desde el siglo I, cuando nuestro patrón, san Jerónimo de Estridón, tradujo la Biblia al latín vulgar, nuestro trabajo ha surfeado por las grandes revoluciones de la historia —la imprenta, los ordenadores, Internet...— siempre con la hermosa misión de crear vínculos entre las personas y las culturas.
Ahora, de nuevo, nos adaptamos a las nuevas tecnologías, para que tu mensaje llegue más lejos.
¡Por muchos años más, compañeras!
